sábado, 27 de noviembre de 2004

La Barra de San Juan





El lugar elegido por Aarón Anchorena para construir su residencia en Uruguay, hoy Parque Anchorena, tiene una belleza única. Una lengua de arena amarilla cierra la desembocadura sobre la margen sur y genera una playa interna de gran pendiente que permite embicar el velero a metros de la orilla. Desde el inicio del conflicto por la papelera BOTNIA, y sin precisar argumento alguno, el Presidente uruguayo Tabaré Vázquez cerró la Barra para los nautas argentinos en 2005, violando el sentido fraternal con el que Aarón Anchorena cedió el uso de su propiedad al gobierno uruguayo.

Llegamos a la mañana luego de navegar toda la noche con luna llena. Saltamos desde la delfinera y sólo había 60 cm. de agua en la proa! Inflamos un botecito de goma, jugamos, paseamos, dormimos y al día siguiente partimos a Colonia, con un chaparrón abajo y otro arriba.

Mirá el video de la Barra de San Juan:

viernes, 26 de noviembre de 2004

Navegación nocturna a Barra de San Juan (Uruguay)



Un recuerdo
Me inicié en la náutica siendo adolescente y navegué hasta los 25 años, cuando nació mi primer hijo. De esa época recuerdo que navegábamos en barcos alquilados en el club YPF. Tenía alredodor de 18 años cuando el instructor, Agustín Lezama, organizó un viaje a la barra de San Juan, partiendo de San Isidro a las 12 de la noche.
En aquel entonces no había GPS, ecosonda, anemómetro, Ozi Explorer ni nada que se le parezca. Las instrucciones fueron breves: "Hagan rumbo al Marciano, crucen el canal Mitre y establezcan rumbo 90º. Cuando vean el faro de Colonia, viren y al rato verán la Torre Anchorena sobre la costa. Cuando se acerquen busquen la boya de recalada, y sigan los boyarines de entrada. Premio al que llega primero!". Salimos a la hora prevista, luego de envergar las velas de algodón y de atornillar el compás de bronce al mamparo del cockpit del grumete.Mis dos acompañantes se fueron a dormir y quedé navegando en solitario toda la noche. A las 9 de la mañana ya estábamos buscando la boya de recalada, cuando vemos al barco del instructor llegar trescientos metros antes. Nada mal para un novato!





Después de 25 años
Este recuerdo me quedó tan impregnado que el segundo viaje que planifiqué con el FEELING fue ir a San Juan en navegación nocturna, tocar Colonia y volver. Me acompañaron mi hijo Nicolás, Martías Laks y Fabian Ponzanetti. Elegimos partir con luna llena. No hay fotos que puedan describir el placer del silencio, el rumor del agua, la suave brisa. Una experiencia única.