Un recuerdo
Me inicié en la náutica siendo adolescente y navegué hasta los 25 años, cuando nació mi primer hijo. De esa época recuerdo que navegábamos en barcos alquilados en el club YPF. Tenía alredodor de 18 años cuando el instructor, Agustín Lezama, organizó un viaje a la barra de San Juan, partiendo de San Isidro a las 12 de la noche.
En aquel entonces no había GPS, ecosonda, anemómetro, Ozi Explorer ni nada que se le parezca. Las instrucciones fueron breves: "Hagan rumbo al Marciano, crucen el canal Mitre y establezcan rumbo 90º. Cuando vean el faro de Colonia, viren y al rato verán la Torre Anchorena sobre la costa. Cuando se acerquen busquen la boya de recalada, y sigan los boyarines de entrada. Premio al que llega primero!". Salimos a la hora prevista, luego de envergar las velas de algodón y de atornillar el compás de bronce al mamparo del cockpit del grumete.Mis dos acompañantes se fueron a dormir y quedé navegando en solitario toda la noche. A las 9 de la mañana ya estábamos buscando la boya de recalada, cuando vemos al barco del instructor llegar trescientos metros antes. Nada mal para un novato!
Después de 25 años
Este recuerdo me quedó tan impregnado que el segundo viaje que planifiqué con el FEELING fue ir a San Juan en navegación nocturna, tocar Colonia y volver. Me acompañaron mi hijo Nicolás, Martías Laks y Fabian Ponzanetti. Elegimos partir con luna llena. No hay fotos que puedan describir el placer del silencio, el rumor del agua, la suave brisa. Una experiencia única.
MAGIA. La vida. Qué HERMOSO recuerdo. Yo también lo viví. Privilegios. Gracias x compartirlo.
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