Después del frente del SW, el agua en Colonia comenzó a crecer. Y siguió creciendo, y creciendo.
Bajamos por primera vez pidiendo lancha pese a estar ya amarrados al muelle auxiliar que está detrás del viejo muelle de madera, ya que el agua lo había tapado.
Fuimos a cenar y al volver, seguía el muelle bajo el agua. No había servicio de bote y tuvimos que ir a tomar algo al único bar que quedaba abierto en la Avenida Flores, hasta las 3 y media de la mañana, esperando que el agua baje un poco.
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