El domingo a la noche, después de visitar a los Cherny, cenamos en El Portón. Cenamos es un decir, porque no me sentía nada bien y sólo tomé un agua mineral. Lo gracioso -menos para mi bolsillo, claro- fue que dividieron la cuenta por 24 y el agua mineral me costó $50. Es carísimo ese lugar! Jajaja
Decidimos con Juanjo partir temprano hacia San Isidro ya que estaba pronosticado un Sudeste fuerte y creimos mejor ganarle terreno y, de paso, evitar que las autoridades cerraran el Puerto Deportivo y nos quedáramos sin poder salir.
Salimos con mayor y foque con viento leve del Este por la ruta norte ya que había bastante agua. Al cruzar el Canal Martín García -familiarmente llamado "El Uruguayo"- nos alcanzó el Miss Lily (Pandora 31). Caballerosamente cedimos la punta en comunicación radial (no podíamos hacer otra cosa! Jajaja) y José Navarro Estrada nos ofreció esperarnos con un café calentito en el club.
Al poco tiempo comenzó a refrescar y el Miss Lily tomó una mano de rizos. Desde popa lo veíamos que se iba a la orza por estar sobrevelado. Siguió refrescando y vimos que al rato bajó la mayor, continuando con la genoa sola. Como en el Feeling seguíamos con todo el trapo de mayor y foque, las distancias se acortaron hasta quedar a sólo cien metros de su popa. Por radio avisaron que el Puero Deportivo de Colonia estaba cerrado!
Decidimos orzar para que el barco tome más camino y luego derivar para barrenar con la ola del sudeste. La maniobra fue efectiva ya que ganamos barlovento sin perder posición y al derivar ganamos unos quinientos metros. Luego siguió aumentando el viento y debimos tomar una mano de rizos ya que era imposible mantenerlo en rumbo. Se revirtió la estrategia, el Miss Lily orzó, nos alcanzó y cruzó el Canal Emilio Mitre hasta perderse de vista, eligiendo una ruta cercana a la costa. Cómo camina ese barco!
Nosotros seguimos desde el Pilote 8 con rumbo al canal costanero haciendo bordes por la aleta, alternando con popa redonda en orejas e burro, hasta que llegamos al club. Inexplicablemente llegamos 10 minutos antes a la amarra, perdiéndonos el café prometido por el capitán del Miss Lily al tomar la delantera. Promesa que no olvidamos y que quedará para otra ocasión.
Hermoso día para navegar en un barco duro, y el Feeling avanzó a sus anchas cruzando al león del Plata sin dejarle cicatrices. Fue un final 'a puro goce' de un viaje que nos dejó con ganas de repetir. Lo pasamos muy pero muy bien, nuestras felicitaciones a los organizadores y un abrazo cordial a todos nuestros compañeros de viaje.
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