En el viaje de vuelta de Colonia la hélice se trabó en varias ocasiones por la gran cantidad de juncos que había en el río. Este fenómeno fue motivado por la creciente del sábado 15.
Se sacó el barco para liberar la hélice y de paso se realizó la limpieza del fondo.
Se comprobó que el ánodo de sacrificio estaba en condiciones, previendo su reemplazo para abril de 2009.
La pintura de la pala de timón se había desprendido parcialmente, y Marcelo Ranieri se comprometió a repasarla sin cargo en la próxima sacada a varadero.
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